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Green Hill

El día 28 de abril de 2012 mientras cientos de activistas se manifestaban en contra de un criadero de perros beagles para laboratorio, Green Hill en Montichiari (Brecia), al norte de Italia, en aquel momento en el criadero se encontraban unos 3.000 perros. Decenas de crías de estos perros fueron liberados, evitándoles así acabar siendo víctimas de la experimentación animal.

Los activistas marchaban vestidos de negro, luto por los miles de animales sacrificados en nombre de la ciencia, y de repente, algunos de ellos entraron en el criadero y empezaron a sacar a los cachorros y a algunas hembras preñadas, liberándoles así de la tortura y el final al que estaban condenados.

Los activistas rompieron las vallas y algunas puertas que les separaban de los perros. Se abrieron camino, abrieron las jaulas y desde afuera les ayudaban a sacar a todos los pequeños y madres que podían. En total se salvaron casi 30 animales.

 

Durante el disturbio la policía cerró la salida del pueblo, deteniendo a 12 participantes, quienes estuvieron recluidos en Brescia. 8 de los animales rescatados fueron recuperados y devueltos al criadero.

El 30 de abril los activistas fueron liberados, y les retiraron los cargos imputados.

Esta acción tuvo repercusiones a nivel mundial, congregándose concentraciones en todas las ciudades importantes del mundo frente a la embajada de Italia para exigir la libertad de los activistas detenidos y como muestra de apoyo a la acción que había tenido lugar.

Finalmente la justicia italiana cerró definitivamente las instalaciones de Green Hill, uno de los mayores criaderos de beagles en Europa, condenando a sus principales responsables por maltrato y matanza ilegal de animales con mas de 6.000 muertes entre los años 2008 y 2012.

Para el cuidado de los perros solo había un veterinario, que ha sido condenado junto a los dos máximos responsables del centro, con penas de entre un año y un año y medio, también han sido condenados a pagar una indemnización por daños y perjuicios, con esta indemnización las organizaciones colaborarán con el impulso de métodos alternativos al uso de animales en laboratorios, para avanzar hacia una investigación “limpia, científica y éticamente aceptable”.

La condena comporta el cierre definitivo de las instalaciones y la entrega definitiva de los animales a las asociaciones que los custodiaban, de forma que todos ellos podrán quedarse con sus familias.

Los beagles son los perros más utilizados para experimentación en todo el mundo. Son criados en lugares como Green Hill y su vida transcurre en una jaula, sin ver siquiera la luz del sol.

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